Esta tarta es perfecta para estos días de calor en los que no apetece para nada encender el horno, es una receta bastante sencilla y el resultado es muy fresco y ligero porque está hecha a base de naranja y gelatina.
Ingredientes para un molde rectangular:
9 láminas de gelatina
200 ml de nata líquida para montar (min 35% MG)
500 ml de zumo de naranja aproximadamente
1 naranja para decorar
125 gr de azúcar blanquilla
18 bizcochos de soletilla (depende del tamaño)
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PREPARACIÓN
Untar un molde rectangular con mantequilla y cubrir el fondo con varias rodajas de naranja que habremos cortado con mucho cuidado para que queden lo más delgadas posible.
Hidratar las hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos. Preparar el zumo de naranja, mezclar con la nata y calentarlo en un cazo. Cuando esté caliente añadir el azúcar y mezclar bien.
Escurrir en papel de cocina un poco la gelatina y añadirla al zumo hasta que esté completamente diluido, dejar hervir un par de minutos. Con la ayuda de un colador eliminamos la pulpa de la naranja y cualquier pepita que nos haya podido quedar en el zumo.
Colocar una primera capa de bizcochos de soletilla en el molde, pincharlos con la ayuda de un tenedor y echar por encima un poco del líquido que habremos preparado.Repetir esta operación hasta llenar el molde por completo y echar todo el líquido. A veces pasa que los bizcochos “flotan” sobre la mezcla de zumo y para que cuaje bien es importante procurar que queden sumergidos.
Para lograr esto puede ser que necesitéis poner algo plano encima con un poco de peso, yo normalmente pongo un film transparente encima, un trapo entre largo y encima algunos cubiertos que hagan un poco de peso para que los bizcochos queden sumergidos.
Es importante dejar reposar en el frigorífico durante 24 horas.